martes, 27 de diciembre de 2011

Involución


“La juventud ha cambiado con el paso del tiempo, hoy en día son absueltos por la sociedad y el mundo que los rodea. A medida que pasa el tiempo la juventud es más rebelde, llegando al punto de manipular a quien se le antoje a su modo.”


Esta frase la he podido leer en un conocido periódico español en un artículo acerca de las nuevas generaciones. ¿Es en eso en lo que nos queremos convertir? ¿En manipuladores? Personalmente, no me hace especial ilusión que me incluyan entre semejante generalización.


Hoy en día, es inevitable generalizar, en todos los aspectos. Apenas nos damos cuenta de ello, pero siempre lo hacemos. Y precisamente por eso, se nos olvida que existen ciertas excepciones, sí, esas que confirman la regla. Cualquier persona adulta que tenga que hablar sobre la manera de divertirse de los jóvenes, inmediatamente pensará en fiestas, música, alcohol, incluso drogas más fuertes. Y, para qué mentirnos, tendrá toda la razón del mundo.


Pero yo no estoy de acuerdo con esa generalización total. Estoy harto de que ya solo por aparentar una edad comprendida entre los catorce y los veinte años, todas las miradas acusadoras estén puestas sobre ti ante cualquier acusación o deterioro.

Ya, simplemente por ser joven, tengo que emborracharme, tomar drogas y meterme en todo tipo de líos. Pues no, señores, no es así.


Todavía hay mucha gente que prefiere mil veces quedarse en casa viendo una película a salir a la discoteca. Aún hay jóvenes que solo beben refrescos, y que no encuentran la diversión en no acordarse de nada al día siguiente. Aún los hay que se preocupan por sus estudios, que piensan en un futuro un poco más allá del inmediato, que se preocupan por ellos mismos y por su salud.


Hay pocos, puede ser, pero estoy seguro de que habría muchos más si se les valorara más. En cambio, en nuestra apreciadísima sociedad se ve con peores ojos a estas personas, tachándolas de frikis, raros o inadaptados sociales, busquéis el sinónimo que busquéis, llegamos a la misma conclusión.

Son marcados y marginados, porque ellos son la minoría. Pero esto no debería ser así

Que la mayoría de jóvenes sean unos juerguistas que sufren para llegar al aprobado no quiere decir que eso sea lo mejor. Totalmente al contrario. Esas personas son las que deberían sentirse fuera de lo común, deberían sentirlo para intentar cambiar, para darse cuenta de su situación antes de que fuera demasiado tarde.

Pero en cambio, no es así.


¿Qué pasa con esta sociedad? ¿Estamos destinados a ir perdiendo las costumbres poco a poco? Mi respuesta, cuando miro alrededor, está clara: Sí.

No sé si es posible científicamente, pero intelectualmente… estamos involucionando.

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