viernes, 7 de marzo de 2014

Mejor Perder Luchando


Se levantó un día más y se sentó en su habitual puesto de trabajo. Un escritorio de madera pintado de azul y su silla a juego. Aquella escena se repetía a diario con la única motivación de tener el futuro que tanto ansía. No obstante, no fue ese el pensamiento que le rondaba por la cabeza. Ese día no era capaz de echar la vista hacia adelante, solo se podía ver en un espejo. Un espejo propio que reflejaba lo que era actualmente y como era lo que lo rodeaba.
Se detuvo unos instantes a reflexionar sobre aquella vista maldita, sobre aquella realidad que le comía la cabeza cuando no podía dormir. No le gustaba. Siempre se auto criticaba y siempre fue muy duro consigo mismo, pero ahora, más que ser duro, se creyó que decía la verdad. "No hago nada bien. No soy capaz de conseguir lo que me propongo por mucho que me esfuerce. No soy lo suficientemente bueno. No puedo mantener a mi lado a quien quiero. No soy.. No puedo.."

Las palabras que tanto retumban en la cabeza de uno mismo son las que nos pudren y, en consecuencia, se reflejan en nuestros actos. Se reflejan en el día a día. Se clavan en el alma.

Retomó el boli y el papel para seguir estudiando. Intentó llenar los pensamientos de esperanza una vez más e intentó echar la vista al frente, a una vida mejor. Lo que no sabe es si eso será posible viendo lo que pasó con sus anteriores esperanzas. Lo que no sabe es cuanto tiempo puede continuar así. Solo sabe que merece la pena seguir intentándolo porque, de rendirse, solo existe la certeza del fracaso y él, de perder, prefiere perder luchando.