jueves, 20 de julio de 2023

El Camino


Con el paso del tiempo, uno se encuentra en constante aprendizaje, va aprendiendo a cómo se debe vivir la vida. No es un aprendizaje sencillo, muchas veces tampoco es agradable, pero es parte del encanto que tiene la vida, el ir aprendiendo uno mismo lo que es bueno y enriquecedor.

Durante nuestras vidas nos encontramos en una constante búsqueda de felicidad, marcándonos objetivos y metas, algo a mi modo de ver muy necesario en la vida, ya que eso nos permite mantener una dirección que nos haga crecer como personas en muchos y diversos aspectos. La cuestión aquí es que falsamente solemos creer que cuando consigamos ese objetivo que nos hemos planteado, hallaremos la tan ansiada felicidad; hasta que finalmente llega el día que lo consigues, alcanzas una efímera felicidad y te percatas de que la vida continúa, ¿habrá entonces que marcarse otra meta verdad? pues a por ello, "que seguro que al conseguir ese otro objetivo consigo lograr la felicidad plena" -piensas para ti mismo-. Tras meses u años de lucha, llegas ahí también, y vuelves a vivir lo mismo. Siguiendo así, saltando de objetivo en objetivo.

Al final, con el paso de los años, te das cuenta de que el error ha sido siempre el creer que la felicidad son metas u objetivos. No es así, la felicidad la hallas en el propio camino, en el transcurso hacia esos objetivos que te has marcado. La felicidad es la capacidad de poder disfrutar del camino hacia el enriquecimiento personal continuo, el hecho de querer crecer como persona es ya en sí mismo motivo suficiente para ser feliz, no lo olvidemos nunca.

Disfrutemos de cada momento, la vida es mucho más corta de lo que pensamos. Porque ser feliz es también una actitud ante la vida, positivismo y disciplina. Esos son para mi los ingredientes para poder tener una vida plena.