miércoles, 21 de abril de 2010

The Man In The Arena


No importa el crítico; ni aquel que muestra las falencias del hombre fuerte, o en qué ocasiones aquel que hizo algo podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece al hombre que se encuentra en el campo de batalla, con el rostro manchado de polvo, sudor y sangre; aquel que persevera con valentía; aquel que erra, que da traspie tras otro, ya que no hay ningún esfuerzo sin tropiezo ni caida. Aquél que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce el entusiasmo, la devoción; aquél que se entrega a una noble causa; quién en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso.

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