miércoles, 28 de julio de 2010

Pasa Y Sientate


Has de saber lo que soy ahora, has de saber lo que soy en el momento en que te ofrezco una copa y una cama, por si sumidos en nuestros fluidos, nos ahogamos en el mar de nuestra vana esperanza. Soy quien ha venido a saciar tu sed, soy el alimento que va a calmar tu hambre. Si, al fin y al cabo, soy un hombre, y como tal, ahora mismo vengo a lo que vienen todos. Pero no te quedes ahí parada, pasa y siéntate. Hoy somos profanadores de sentimientos, mercenarios del placer, así que pasa, pasa y siéntate.
Hagamos de mi habitación nuestro más pulcro santuario, embriaguémonos del olor de inciensos y esencias, jurémonos amor eterno los minutos que andemos enredados entre las sabanas. Ven, ven a mí y ofréceme tu veneno tan solo por unas horas. No, no quiero más que eso. Ahógame de besos profundos y no nos digamos cosas hermosas por si uno de los dos comete el error de creérselas. Baste con saber que me deseas en el momento y lugar preciso, y que lo que haces, quieres hacerlo. No me interesa saber si vas a olvidar mi nombre al cruzar la avenida del segundo orgasmo. El tuyo está en mi mente, pero mañana quizás sea el nombre de otra, así que si gimes sin mediar palabra, serán menos las explicaciones que nos debamos.
Seamos la magia hechizante de mis más sucios deseos, y las alas libertarias de tu acto más ruin.
No me hables de sentimientos empapados en sudor, yo hago lo indecible por sacrificar mi alma y callar los míos, así que sacude mi cuerpo y deja de preocuparte por lo que no me puedas dar. Solo estás aquí para lo que te invitado a venir.
Soy un hombre, el hombre que ha venido hacerte suyo, no busques más, no lo hay, y si lo hay, está claro que no es para ti.

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