martes, 24 de julio de 2018

Always Travelling


Hay viajes que se te quedan para siempre en el corazón, experiencias y momentos imborrables a lo largo y ancho del globo terráqueo. Lo confieso, soy un apasionado de recorrer kilómetros, en ocasiones incluso, sin un destino concreto más allá del sentimiento inefable de la exploración de este mundo tan maravilloso que se nos ha otorgado.

El ser humano es por naturaleza propia un animal nómada, a pesar de que se nos haya vendido otra cosa con el paso de los siglos. Es por este motivo que tengo la firme convicción de que esta vida, que es la única que se nos ha dado, hay que aprovecharla al máximo, menos quebraderos de cabeza y más momentos felices, ser conscientes de que lo único que cuenta en nuestra breve existencia son esos instantes que nos sacan sonrisas y no esos ratos en los que tontamente nos comemos la cabeza por cosas sin mayor relevancia.

Y a cuento de qué viene todo esto,  pues a cuento de que en mi diccionario mental aprovechar la vida al máximo y viajar son palabras que van unidas, pegadas una a la otra como uña y carne. He estado en tierras extrañas en las que me he llegado a sentir como en casa, he vivido experiencias increíbles que desconocía, me he deleitado con gastronomías que no tenía el gusto de conocer y que tras probarlas me han enamorado, y sobretodo, he tenido la enorme fortuna de conocer personas maravillosas de todas las partes del planeta con las que he podido conversar sobre innumerables asuntos aprendiendo de este modo muchos puntos de vista y formas de ver las cosas que yo, ni tan siquiera podría haberme planteado si no hubiera tenido la suerte de viajar por el mundo.

Estas son algunas de las muchas cosas por las que yo viajo, experiencias que se te quedan grabadas a fuego en el corazón, en la mente, y que te enriquecen enormemente como persona.

Por ello, viaja, viaja y viaja, siempre que puedas. De este modo seguirás enriqueciendo tu espíritu y saboreando todo aquello que nos puede brindar esta hermosa vida; y es por ello que se dice que el mundo es como un libro abierto, y que quien no viaja sólo ha leído la primera página.

Me despido así, maleta en mano y próximo a mi siguiente viaje

Jonathan.

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