jueves, 25 de octubre de 2012

Podría Escribir


Podría escribir cosas tan bellas…
sí, realmente podría.
Podría decir que eres la luz de mis ojos,
el aliento de mi vida.
Y sin embargo…
se me hacen tan sin sentido las palabras,
tan vacías las metáforas.

“Esos ojos que me miran
me robaron la cordura.
Dame de esa fuente pura
por que los míos suspiran.”

Trato de encadenar versos
para decirte… para decirte a ti,
para describirte a ti.
Mas como describirte,
como podría explicar los colores,
como podría expresar sentimientos
que ni yo mismo entiendo,
y sin embargo tú me produces.
No puedo escribir sobre amor,
cuando apenas comienzo a vivirlo.

No, no podría escribir cosas tan bellas…
tan bellas como tú.

jueves, 4 de octubre de 2012

La Llegada Del Otoño


La llegada del otoño es siempre para mi, repentina e inesperada. Algo totalmente ilógico, pues desde la más tierna infancia hemos aprendido las estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.

Pero es inevitable, de repente un día me levanto con una oscuridad inusual, es la hora de todos los días y aún no ha amanecido. Y los árboles del parquecillo de al lado de casa se mueven en una danza alocada muy distinta a esa perezosa quietud a la que me habían acostumbrado durante la canícula.

Salgo a la calle y mis pies todavía casi descalzos en las sandalias veraniegas, notan una desagradable humedad, ha empezado a caer una mansa lluvia, mansa pero fría, y sus gotitas se clavan como diminutos alfileres en la piel, que añora la calidez del sol y su caricia festiva.
A media mañana, compruebo que no solo se ha nublado el día, sino mi ánimo, parecen haberse apagado las luces de la fiesta, y los ecos de las risas despreocupadas y veraniegas, son ya solo ecos.

El alma se encoje un poquito sobre sí misma y suspira satisfecha, ya ha aceptado el encuentro con la sosegada tranquilidad, un poquito melancólica, que le trae la nueva estación. Y se despereza respirando el aire fresco inundado de nuevos olores, a lejanas tierras mojadas, y se abre a nuevos sonidos, los de hojas que caen lentamente y crujen bajo pisadas rápidas.

La llegada del otoño, es siempre para mi repentina e inesperada, pero es como la vuelta a casa después de largos meses de viaje, no recordabas lo mucho que te gusta estar allí, pero cuando has llegado no sabes cómo pudiste estar lejos. Igual que la llegada del otoño, no recordaba sus sensaciones, pero en cuanto me envuelven, sé cuánto las echaba de menos.